martes, 28 de septiembre de 2010

“Yo ya no sé qué es el progreso”



LA RELACION DE LOS JOVENES CUBANOS CON EL VIAJE

“Yo ya no sé qué es el progreso”

AL FINAL, DESPUES DE TANTA MALA PRENSA, ¿SE PUEDE SALIR DE CUBA O NO? PORQUE UN CRONISTA DEL NO RECORRIO LA ISLA Y NO PARO DE ENCONTRARSE CON CIUDADANOS QUE CONOCIAN LOS MAS RECONDITOS RINCONES DEL PLANETA.

Por Brian Majlin

Desde Cuba

Los cubanos viejos aman la Revolución y los jóvenes sólo quieren Internet. Uno de los principales desvaríos del sentido común habla sobre ese aparente rechazo a la épica revolucionaria y a la realidad actual de la isla por parte de las nuevas generaciones. Pero hay también un conjunto de verdades ocultas tras el sentido común. Historias, sueños, anhelos y también viajes. Porque lejos del suelito propio, al son de otras rumbas, muchos cubanos han podido emigrar de la isla. Y muchos, aunque en principio choque con lo imaginado, han regresado.

En plena Plaza de Armas, en uno de los rincones más poblados de turistas de La Habana vieja, asoma David Guerrero entre libros y sonrisas. Es abogado, tiene hablar pausado pero seguro y suelta, cada cuatro palabras, una broma. También un deseo que se le hace un peso oprobioso: viajar.

Se esboza una primera teoría: “Los cubanos queremos salir porque vemos todo lo bueno que traen los turistas. Puede que sea sólo eso que unos pocos pueden, pero queremos viajar y verlo”. Dine, que no es abogado sino historiador y vende artesanías a la vuelta de La Bodeguita del Medio en lugar de libros, sonríe y asiente esa idea. Su verdadero nombre es Juan Rivero y le dicen Dine porque, dice, le gusta el dinero. Los dos son claros: quieren viajar. Pero ambos dejan en claro también que conocen la historia de su país, que defienden la epopeya de los revolucionarios y a Fidel Castro. Y recomiendan hablar con mucha gente y en toda la isla para comprender al cubano.

Trinidad es una de las ciudades más visitadas por el turista y, con ella, de las más aliñadas y pintorescas. Colonial, empedrada y con calles en cuestas, atrae infinidad de visitantes que dejan su huella de consumo a simple vista. Con latas arrojadas en suelo, por ejemplo.

Yendo por detrás de la zona histórica y mejor rankeada de la ciudad, puede buscarse el mar adentro cubano. Allí, en una calle cortada de tierra y piedras puntiagudas, cuatro chicos arrastran un monopatín rústico de madera y rulemanes, mientras otros jóvenes de entre veinte y treinta años los observan desde una especie de terraza a pocos metros del suelo. Al pasar por allí saludan amables. Y aunque se sorprenden de que un extranjero llegue hasta ese rincón donde “llegan poco los turistas”, empiezan con el intercambio de vidas.

“Yo sé que todos quieren viajar, sobre todo los más jóvenes, pero cuando puedes salir y conocer lo que pasa del otro lado y cómo se vive, empiezas a valorar más lo que hay acá.” Mariano Avella cuenta su cuento con ojos abiertos y tonada caribeña. Moreno y fibroso, de pectorales opulentos y colgantes plateados, ríe mucho, pero se pone serio para dar sus opiniones.

El pudo cumplir ese sueño migratorio recurrente en la isla cuando se casó con una estudiante italiana. Y advierte: “No fue una estrategia sino amor”. “Mira chico, yo entiendo que quieran irse los que nunca han salido; yo mismo quise eso y aún me gusta viajar, pero sí he visto lo que se sufre la miseria y el maltrato en otras tierras. No importa cuánto te esfuerces, siempre serás el extranjero inferior. Yo no cambio esta vida por nada”, avisa Mariano. Cuenta luego que ha sufrido, pero que no le faltó empleo y eso le permitió viajar a otros lugares de Europa. Londres, por ejemplo, donde vio el vértigo de las grandes ciudades capitalistas. “En ese contraste aprendes a valorar la tranquilidad y la seguridad que aquí tenemos”, dice. Y se apura para aclarar: “La seguridad material sí, pero sobre todo la alegría”.

La peculiar mirada de Mariano pareciera una excepción a las lógicas migratorias de los cubanos, pero al lado nomás, sentada en una baranda que da a la calle, sonríe y asiente Alejandra Avella. Ella tiene algunos años menos y no ha conocido tantos sitios como su hermano, pero avala todo lo dicho por él. Su experiencia es más corta: invitada por Mariano, conoció Europa por unos meses. Luego volvió preocupada. “Claro que es duro estar aquí encerrado y sentir que no puedes salir. Yo quiero lo que tú y lo que todos, poder conocer otras culturas. Seguramente volveré a ir a Europa, pero ya vi lo que el mundo puede ofrecer y me alcanzó para entender que en ningún sitio estaré como aquí.”

Los ojos de los hermanos trinitenses se pierden en alguna vaga imagen borrosa de la vieja Europa. Puede que sea en el Duomo milanés o en el Ponte Vecchio florentino, pero ambos retornan a su mundo empedrado y de ron matutino. De rulemanes en la tierra. Y se despiden con un anhelo revolucionario para sus compadres: “Ojalá todos puedan irse algún día a ver el mundo. De seguro regresarían muchos de ellos y convencidos de que hay que valorar más nuestro propio sistema”.

Detrás de cada historia y utopía se cuece la idea del progreso. Occidente vendió la noción de una carrera, un avance que se mide por los logros materiales y el éxito individual. En Cuba también se puede ver esa aspiración, aunque la cabeza de un cubano tenga otro andamiaje cultural.

Congo es uno de esos casos testigo. Ejemplos de algo que no se dice, pero existe. Se acerca a un costado de las aguas cristalinas de la Playa Blanca, a pocos kilómetros de Baracoa, en la provincia de Guantánamo. Se presenta, se ríe de su apodo –lógicamente por el color de su piel– y pide permiso para entablar conversación. Dialogar con extranjeros es una de las formas de viajar para los cubanos. Congo –Gerardo Carranza en su documento– quiere contar su historia. Su carrera hacia el progreso.

“Yo juego baloncesto, pero ahora no es la época, por el calor”, explica este cubano de veintisiete años, casi dos metros y unos dientes blanquísimos. Cuenta que emigró a Italia –y van...– con su señora, “una turista que me enamoró”, y que allí se dedicó a jugar en ligas menores y a trabajar en computación. También anduvieron, con su pequeño hijo, por España.

“La situación ahora es tremenda con la crisis y el paro. Acá todos creen que si te vas estás salvado y progresas, cosa que aquí es difícil, pero allá he visto y tocado la pobreza”, cuenta algo tímido y reflexivo Congo, mientras explica que extraña a su familia, pero que traerlos aún es muy difícil porque el niño es muy chico y precisan los documentos de la estricta Unión Europea. Además, su idea es “que lo conozca su abuela y luego retornar a Italia”. Congo sólo vino a Cuba por seis meses, para esperar que la situación de Europa mejore. “Uno se va lleno de ilusiones en busca de progreso”, se justifica a la vez que hace gestos con los que parece explicar lo que dice a continuación: “Yo ya no sé lo que es el progreso, pero acá me levanto más tarde, me las rebusco en algún trabajo y tengo la tranquilidad de mi gente con toda su alegría y calma”. Y añade risueño: “Y tengo el mar y el ron”. Al rato, Congo se va en busca de pescado para el almuerzo. En Cuba, ése es el progreso que el paro le niega donde están su esposa y su hijo. Allí donde dice que volverá, pero sólo por ellos.

De regreso al pueblo se aparece Mauro Rivero. Diecinueve años, piernas flaquísimas, sonrisa permanente y su bici-taxi. El quiere viajar, dice. Aunque no tanto por progreso. O quizás eso sea el progreso para él. Quiere conocer “el mundo”. “Soy feliz con lo que tengo y con mi rumba. Trabajo para divertirme con lo que gano y ayudar un poco en la casa”, cuenta. Sus hermanos menores, claro, no trabajan. “En Cuba no hay niños trabajando”, le digo a Mauro, que se sorprende con mi sorpresa y promete visitar la Argentina algún día.

De camino a La Habana hay una parada en Santa Clara, la ciudad del Che. Allí donde la Plaza de la Revolución lleva el nombre de Ernesto Guevara y están su mausoleo y sus restos hallados en Bolivia. Allí donde el asesinado luchador vela desde la estructura de bronce por los cubanos, varios grupos de jóvenes se juntan a beber ron o cerveza, a patinar o simplemente a escuchar música. También a flirtear un poco con otros y otras jóvenes. Muchos de ellos se irán y muchos otros soñarán con hacerlo. Pero nadie dice ni sabe cuántos de ellos han de volver a su isla.

Ya en La Habana, Aleida Guevara, hija del mito y héroe, explica lo dicho a su manera: “Yo tuve la suerte de conocer todos los continentes y muchísimos países, por eso puedo decir que no hay como este lugar. Aún falta mucho por hacer y mejorar, pero en ningún sitio hallé tanta vitalidad y alegría”. El orgullo, ese gen que parece tan cubano, se hace presente en los ojos vidriosos de Aleida. Y en los de Dine y David, cuando los despido al salir de Cuba.


Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-4976-2010-09-28.html

jueves, 16 de septiembre de 2010

Los cambios lógicos del Gobierno Cubano

Por Nicolas Gallo

Las recientes declaraciones del ministerio de trabajo de cuba, donde se establecen nuevas condiciones laborales en el país, repercutieron en todos los medios internacionales.
Las medidas establecen una reducción del personal estatal que alcanzaría a los 500.000 empleos públicos. Otra de las tantas medidas acertadas que viene planeando la cúpula del partido para definir los pasos futuros de la Revolución.
Esta medida se suma entre tantas otras. Como lo es el plan de "Agricultura suburbana". Se trata de una noticia que evidentemente no reflejan los medios por no representar a sus intereses de la derecha, y directamente no son publicadas.
El plan plantea hacer de la Isla un gran jardín productivo agroalimentario basado, fundamentalmente, en prácticas orgánicas que no contaminen el medio ambiente, en el uso racional de los recursos y en una comercialización directa con diversidad de producciones frescas y sanas.
De esta manera, la sustentabilidad es el principal desafío que enfrenta la Agricultura Suburbana. No obstante cada territorio debe ser capaz de articular la estrategia que dé respuesta a las necesidades de consumo de su población, pues no se trata de producir por producir, sino de buscar también un equilibrio entre la demanda y la oferta.
Como se ve, ambas medidas se fundamentan dentro de un marco mas amplio, como lo es en pensar un modelo que, inevitablemente, debe adaptarse a los nuevos desafíos mundiales. Y es aquí, donde la Revolución plantea nuevos cambios.
Los medios de comunicación capitalista publican las noticias de los despidos como un debilitamiento y posible caída del gobierno comunista. Desde ya esto no es así, estas medidas representan una madurez del partido hacia los nuevos desafíos del país.
¿Que tipo de sociedad quiere? ¿cuales son los futuros pasos de la revolución? Son peguntas lógicas que se debe plantear cualquier Nacion. Y la revolución esta pasando por este momento histórico, sin siquiera plantearse mover o salir del sistema. Solamente, pensando en perfeccionar el modelo. ¿Como? apostando siempre a la educación,a la salud, al desarrollo agrario orgánico y autosustentable; fomentando valores superiores para la humanidad, demostrándole al mundo que se puede vivir bajo otra forma de organización social.
Con respecto a la reducción del empleo, acá mismo se plantea y se pone en juego la burocracia que enfrenta históricamente el partido. Es necesario que actué en esa dirección y como bien menciona el comunicado, nadie va a quedar a la deriva por perder el empleo. Si algo tiene este gobierno es que jamas va a dejar en situación de desamparo a a sus ciudadano, como el voraz sistema capitalista, que te embarga la casa y te deja en la calle. Se lo va asistir y dar nuevas herramientas para insertarse en algún rubro privado o en el campo de la agro, donde la revolución apuesta fuerte a futuro.
Estos son los pasos y nuevos desafíos que enfrenta Cuba para el Siglo XI.

Foto: AP, Javier Galeano.


miércoles, 15 de septiembre de 2010

Calle13 Denuncia pobreza en EEUU


Esto posteo Rene, de calle 13, en twitter el 15/09/2010 sobre la situación actual social en EEUU.

jueves, 29 de octubre de 2009

Condenan a Washington por el bloqueo a Cuba

Por decimooctava vez, Estados Unidos recibió la censura de la comunidad internacional. Dos países que antes no votaban el proyecto, El Salvador e Irak, apoyaron el pedido de La Habana. El bloqueo le costó a Cuba 96 mil millones de dólares.

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó ayer, una vez más, una resolución en contra del embargo de Estados Unidos a Cuba. La victoria para el gobierno de La Habana fue aplastante. Con 187 votos a favor, sólo tres en contra y dos abstenciones, la condena a la política de la Casa Blanca contra la isla fue casi mundial. “El bloqueo es una política absurda que provoca carencias y sufrimientos, es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos. Esta es otra sonada victoria de la diplomacia cubana en la ONU hacia la política hostil de Washington”, afirmó tras la votación Bruno Rodríguez, canciller de Cuba.

La de ayer fue la decimooctava vez que Estados Unidos recibió la censura de la comunidad internacional, desde que en 1992 la resolución se aprobó por primera vez con 59 votos a favor. Desde entonces, los apoyos para Cuba se acumulan y los aliados de Estados Unidos se fugan. Las dos abstenciones fueron las mismas que el año pasado: Islas Marshall y Micronesia. Dos países que antes no votaban el proyecto, El Salvador e Irak, sumaron sus voces y apoyaron el pedido de La Habana. Al lado de Washington sólo permanecieron dos Estados: Israel y Palau.

El gobierno de Tel Aviv, uno de los principales receptores de ayuda financiera y militar directa de Washington en el mundo, es un aliado incondicional de la Casa Blanca sea cual fuera la situación.

Palau, un archipiélago en el océano Pacífico independizado de Estados Unidos en 1994, cuenta apenas con 20 mil habitantes. Su defensa nacional está a cargo de Washington y este país cuenta con bases militares en su territorio. Pero además, su embajador ante la ONU, Stuart Beck, no es originario del país. Abogado neoyorquino con doble nacionalidad estadounidense-israelí, casado con una mujer de las islas, Beck representa a Palau por la módica suma de un dólar por año. “Les dije: ustedes no producen nada, a nadie le interesa su mano de obra, no tienen nada que alguien quiera; Estados Unidos ya tiene derechos de defensa y bases militares, así que lo único que tienen es un voto en la ONU”, le contó Beck al International Herald Tribune en una entrevista. De este modo el abogado obtuvo sus credenciales diplomáticas y, según el periódico cubano Granma, es el encargado de asegurar la aprobación en el Capitolio del paquete de ayuda anual a Palau de 240 millones de dólares.

Acompañada de sus aliados en el organismo multilateral, Susan Rice, la embajadora norteamericana ante el organismo, se quejó por la resolución y aseguró que el texto no refleja los avances que hizo Barack Obama desde que llegó a la presidencia. Entre éstos, mencionó el levantamiento de las restricciones para el envío de remesas, la eliminación del límite de tiempo para los viajes de los cubanoestadounidenses a la isla y la reanudación del diálogo sobre cuestiones migratorias y de envíos postales. “Esta resolución no refleja las realidades actuales. Sin embargo, Estados Unidos continuará expandiendo las oportunidades para el pueblo de Cuba, para que se habiliten los canales de acceso a la información y a otros recursos”, explicó la embajadora. “Nuestra política busca que Cuba haga lo correcto hacia su población”, agregó la diplomática.

Para ilustrar los efectos de las intenciones estadounidenses, el canciller cubano mencionó algunos de los efectos del bloqueo. “Niños cubanos que padecen de leucemia no pueden ser tratados con productos norteamericanos. Tampoco se ha podido aumentar el tratamiento de cáncer de mama en las mujeres debido a que la tecnología tiene patente norteamericana”, denunció Rodríguez. “Nos limitan el acceso a las nuevas tecnologías, el acceso a Internet, quieren bloquear nuestro desarrollo”, sentenció el representante cubano.

Impuesto en febrero de 1962 por el entonces presidente John F. Kennedy para forzar la caída del régimen comunista, el bloqueo provocó pérdidas a la economía cubana durante el 2008 por más de 500 millones de dólares. Si se tienen en cuenta los 48 años de vigencia de la medida, la cifra asciende, según economistas cubanos, a 96 mil millones de dólares. El bloqueo, además, tiene medidas de alcance extraterritorial –incluidas en la Ley Helms-Burton, puesta en vigencia en 1996– por las que se multa a empresas europeas, latinoamericanas y de cualquier parte del mundo que se atreven a hacer negocios con la isla.

Ayer, el jefe de la diplomacia cubana precisó que el jefe de la Casa Blanca tiene una oportunidad única entre sus manos para revertir la historia de las relaciones bilaterales. “Ninguna persona seria cree que Cuba es una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. El presidente Obama tiene la oportunidad histórica para eliminar el bloqueo. Puede hacerlo, tiene instrumentos en sus manos”, señaló el funcionario ante el pleno de la Asamblea General. “El bloqueo no ha cumplido ni cumplirá jamás el propósito de doblegar el ideal político de Cuba; pero daña nuestra economía, daña a nuestro pueblo y es el obstáculo fundamental para el desarrollo del país”, explicó Rodríguez.

Fuente: Diario Pagina12, edición impresa (29-10-09). Argentina

martes, 27 de octubre de 2009

Cuba hacia la Revolución Verde

Por Nicolás Gallo

No son en vano 50 años de Revolución. Como cualquier matrimonio que pasa por etapas de crisis y que tiene que reinventarse día a día, el estado Cubano puso en marcha el proyecto mas ambicioso y esperanzador para el futuro inminente del hombre.
Su plan de auto sustento social, llamado en esta primera etapa Agricultura suburbana, es el primer cimiento para lo que será posiblemente el salto definitivo a una sociedad autosustentable mediante la permacultura.
El 26 de julio del 2009, el presidente de Cuba Raúl Castro pronunció en la Asamblea Nacional del Poder Popular sobre la "urgencia de aprovechar en la forma más intensiva y posible los terrenos existentes en los alrededores de casi todos los pueblos y ciudades". Se trata de un plan que comenzará a desarrollarse el primer mes del próximo año en pequeñas hectáreas, nuevas fincas y terrenos baldíos, que rodean las ciudades y pueblos que serán sembradas y cultivadas.
El proyecto cuenta con varias etapas hasta el 2015 deberán conformarse y cumplir los requisitos establecidos 868 fincas que se dedicarán a la ganadería vacuna, 456 a los cultivos varios y el resto, otras 95, se especializarán en la cría de ganado menor, el fomento de árboles maderables y frutales, y la producción avícola y porcina.
El plan plantea hacer de la Isla un gran jardín productivo agroalimentario basado, fundamentalmente, en prácticas orgánicas que no contaminen el medio ambiente, en el uso racional de los recursos y en una comercialización directa con diversidad de producciones frescas y sanas
De esta manera, la sustentabilidad es el principal desafío que enfrenta la Agricultura Suburbana. No obstante cada territorio debe ser capaz de articular la estrategia que dé respuesta a las necesidades de consumo de su población, pues no se trata de producir por producir, sino de buscar también un equilibrio entre la demanda y la oferta.
Según el diario Granma (27-10/09) Si bien el programa está concebido estratégicamente para seis años, quien recorre cualquiera de sus cuatro zonas de desarrollo puede apreciar que el cambio es ostensible: avanza el desmonte y la chapea de marabú, surgen nuevos centros de doma de toros, se instalan sistemas de riego, reaparecen las cercas y los postes vivos, se perforan pozos, crecen las acciones de reforestación, se siembran alevines en los embalses y aumentan los firmantes de convenios porcinos."
Uno de los mayores retos que enfrentaremos —comenta Darío Batista Gracia, ingeniero agrónomo de Cuba— tiene que ver con el acopio y la comercialización de las producciones. Desde ya se trabaja en la definición de 44 puntos de recepción, cada uno de los cuales estará ubicado a menos de cuatro kilómetros del finquero, para propiciar que pueda llevar sus cosechas en carretones o en cualquier otro medio de transporte."
Cuba inicia así lo que será la segunda revolución de su historia: La revolución verde. Con la que soñó alguna vez Murray Bookchin, quien trabajo sobre una nueva concepción del Hombre relacionado con la necesidad de una transformación social con el ambientalismo, incluyendo cambios sobre los usos tecnológicos y con las fuerzas de poder. Es decir, en una filosofía de la naturaleza, una nueva política, que remplace a la vieja política autoritaria y centralista, basada en la estructura de los partidos y en la burocracia.
A mi entender, será necesario además aprovechar al máximo el potencial de los jóvenes Pioneros, es quizás con ellos donde se pueda instaurar mediante planes educativos el concepto de permacultura para que comience a introducirse dentro de las urbes, en las casas de todos los cubanos. Un plan abarcativo, donde se los provea de semillas, tierra y lecciones de compost tpara que experimenten en sus casas y con sus familias, el modelo autosustentable del hombre.
Felicitaciones y bienvenido Cuba a este nuevo siglo con semejante plan. El mundo te mira y se sorprende con tales acciones.

viernes, 4 de septiembre de 2009

viernes, 7 de agosto de 2009

Un verano en la Isla mágica

FROILÁN PARRA SUÁREZ

HOLGUÍN.— Miguelito se siente como nunca. El aire, la naturaleza, los animales y, sobre todo, el mar, le parecen maravillosos y quisiera permanecer allí por más tiempo. Esto es lindo, le dice a su mamá por teléfono, en tanto ella insiste en horarios de merienda, comidas e inyecciones de insulina: no te preocupes, todo está bien y yo estoy contento. Miguelito es diabético y asmático, pero eso no importa, en la Isla de los Niños hay espacio para todos.

Foto del autorLA PLAYA SE LLENA CON LA ALEGRÍA DE ESTOS NIÑOS, QUE DISFRUTAN DE UN VERANO INOLVIDABLE.

Miguel Ángel Carmona Tamayo forma parte de un grupo de 46 niños (30 asmáticos y 16 diabéticos) que vacacionan en la Isla de los Niños, ubicada en Cayo Saetía, Mayarí. Allí el paisaje que se abre a la vista, sumado a los beneficios de aire puro proveniente de la Bahía de Nipe, favorece la terapia dirigida a mejorar la salud de los infantes.

Los asmáticos realizan ejercicios de respiración, además de las otras actividades propias del campamento, explica la doctora Vilma Rosa Pérez, especialista en Alergología, del hospital pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja.

Son pacientes compensados, leves y algunos moderados, detalla.

En tanto, los niños diabéticos se instruyen sobre esta dolencia, la hipoglicemia y la hiperglicemia, cómo convivir con la enfermedad, qué alimentos deben ingerir y las horas de meriendas y comidas, expone la doctora Marta Motes Velásquez, pediatra y especialista de primer grado en Endocrinología.

También aprenden a inyectarse ellos mismos la insulina, a realizarse el análisis de glicemia con el glucómetro que cada uno posee, suministrado por el Grupo Nacional de Endocrinología, detalla la doctora Motes Velásquez.

La Isla de los Niños, confirma Ariel Díaz, subdirector económico, puede recibir simultáneamente a unos 480 niños en cada rotación, de cinco días cada una. El campamento cuenta con 12 cabañas con capacidad para 42 vacacionistas, además de seis aulas, piscina, una biblioteca y un comedor con capacidad para 120 niños.

Consta, además, de dos parques, y en las noches realizan allí el Festival del Dominó y Para Bailar, entre otros juegos.

Este lugar nació el 17 de julio de 1983, y luego de varios años en que sufrió los avatares del periodo especial, renació el 20 de Julio del 2002, más bella y con mayor confort.

Los pacientes coinciden en la Isla con otros niños, unos 250 en total, e interactúan con ellos en los juegos; incluso los hay ganadores de competencias de baile que, según los organizadores, participan en torneos coreográficos.

Así transcurren los días de verano. Algunos esperan entre risas y bailes al son de Kola Loca por el turno al comedor, bajo la sombra de los árboles. Otros cuentan de sus excursiones.

Regresamos de un viaje al Obelisco, dice Elianis Mora Oliva, alumna de noveno grado de la escuela de deporte Pedro Díaz Coello, de Holguín. Allí conocimos detalles de la llegada a cayo Saetía del joven Fidel Castro, después de desafiar a los tiburones en la bahía de Nipe, para no dejarse apresar, luego del fracaso de los sucesos de Cayo Confites. Entonces tenía 21 años, subraya.

La acampada resulta provechosa para ellos —afirma la doctora Motes Velásquez—, pues aleja la perspectiva que muchas veces tienen los padres acerca de la enfermedad y les demuestra que pueden tener una vida normal.

Fuente: Diario Granma, Viernes 7 de agosto 2009